Una fragancia sensual me envuelve.
De pronto,
despierto rodeada de sàbanas y espejos.
La luna esparce su hechizo,
estalla en fugas de apacible ritmo.
En ese ambiente còmplice
se derrama el licor màs dulce en mis labios,
desciende la aventura por mi cuerpo
hasta llegar a mis pies.
Como una sombra,
se desliza sobre mì
despertando un volcàn
de lava cadenciosa.
Ya es hora de marchar.
Una mano detiene mi paso
para no dejarme ir nunca más.
Michelle Valencia