Había una vez un rey muy bueno que se llamaba Midas. Sólo que tenía un defecto;en su afàn de controlar todo,de poseer toda la riqueza,todo lo màs hermoso sòlo para si,termina por perder lo màs valioso;el amor. Incluso lo que parece màs bello,màs perfecto;su hija,puede dañarse si el corazòn se endurece y la ambiciòn nos ciega. Buscar justicia tambièn es aceptar que la vida nos devuelve aquello que le damos.
La justicia¿Que nos enseña este personaje de cuento?
Que no existe un ser humano que pueda vivir toda su vida evitando el riesgo de sentir dolor. Creer que podemos permanecer aislados sin enfrentar el mundo, sin tener la experiencia de equivocarnos, sin sufrir, es pretender tener una vida irreal.
Tal vez las experiencias que traen los cambios ocurran de una manera inesperada y dolorosa; pero para liberar al ego de su caparazón, para superar el temor, para dejar las ideas viejas atrás, es necesario un quiebre de la estructura que nos está limitando, tanto a nivel de cuerpo como a nivel de conciencia.
No existe una única ventana desde donde mirar el mundo, no existe una única dirección, es necesario ser flexibles; todo lo que se sostiene sobre la rigidez termina por ser vencido.
Estamos aquí para aprender, no para sentar verdades inmutables.
Y colorìn colorado este cuento/arcano se ha acabado!
Del "Tarot de los cuentos infantiles"Michelle Valencia
