jueves, 28 de mayo de 2009
Elegias a una Erinis
Ego sum qui sum
I
¿Y si soy una furia? Una revelación llevada al delirio, donde la Fe y la Razón me posean, probada mil veces por convulsiones terribles que hagan renacer un ave fénix simbólico en mi vientre, que lucha y lucha ante los ojos del mundo entre la paz y la guerra. Transformada en un súcubo de las profundidades, una Erinia salvaje bajo el mando de Baco, donde todos los misterios se van al fuego del olvido y los ciegos se dejan guiar por los ciegos.Dudar aquí en la superficie es volverse loco.
II
¿Qué es este sueño recurrente donde encarno una humilde protectora de los misterios del Edén y del Baúl de todas las verdades?, allí viajo junto al revoloteo de gigantes pájaros que cuentan mis pasos y aleteos, y la magia parece bajar hacia mi al oscilar las estrellas. Me oculto de la oscuridad entre matorrales, entre el polvo y la lluvia inseminada, soy solo sombra de sustancia corporal. Un despertar frío como un puñal, me rodea de espinas, yacen postrados mis encantamientos, y aquí es cuando veo en un espejo un estrige siniestra bebedora del vino más rojo, divinamente hermosa como el santuario de una virgen del mar dando vueltas en un espiral infinito, ella pisa la cabeza de una serpiente y me logra librar de las corrientes ciegas, dejándome flotar.
Imagen: "Lilith" John Collier (1892)
De Elegías a una Erinis
Michelle Valencia
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