martes, 26 de enero de 2010
La separación del átomo
Esta conversación comenzó
más allá de las horas contables,
con la separación del átomo
en nuestras venas,
junto al baile de las estrellas
y el juego del viento
sobre las calles desoladas.
Dando palos de ciegos,
como mudos, castrados,
el alma se hizo invisible;
solo quedo la sangre y la pluma
y la risa de los niños que fuimos.
Un espanto de no ser siendo
Nos alerto,
mientras caminábamos hacia muerte,
solo a minutos de haber nacido,
para desintegrarnos,
para volver encontrarnos,
en una gran átomo.
Michelle Valencia Gómez y Christian Soler Allende
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