El poeta no escribe por escribir,
cuando escribe
deja de existir en el silencio,
sus venas rotas se van cerrando
con el vino de su pluma.
El poeta abre sus vísceras al cielo,
sus dedos transparentes
y sus uñas huecas
son testigos de ello.
El poeta convierte el universo
en el aroma de una rosa lunática,
los errores
en experiencias de carne,
la espera del que enloquece
en un mañana de sol,
para finalmente
desaparecer
a través de sus sueños.
Solo cuando el tiempo se detiene,
para el poeta
se abre una nueva puerta.
Michelle Valencia G.
Pintura: "Un amor en blanco" by Istvan Sandorfi
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