martes, 23 de agosto de 2011

Sangre coagulada


El poeta no escribe por escribir,

cuando escribe

deja de existir en el silencio,

sus venas rotas se van cerrando

con el vino de su pluma.

El poeta abre sus vísceras al cielo,

sus dedos transparentes

y sus uñas huecas

son testigos de ello.


El poeta convierte el universo

en el aroma de una rosa lunática,

los errores

en experiencias de carne,

la espera del que enloquece

en un mañana de sol,

para finalmente

desaparecer

a través de sus sueños.


Solo cuando el tiempo se detiene,

para el poeta

se abre una nueva puerta.



Michelle Valencia G.


Pintura: "Un amor en blanco" by Istvan Sandorfi


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