domingo, 31 de mayo de 2009

La belleza de una muerte:"Ana Karenina" de León Tosltoi


La ensoñación sentimental sobre la muerte ante un entorno social que la condena. Solo la detiene una inmensa alegría de vivir: “¡No, no, todo antes que la muerte! Lo amo, él también me ama, ya vivimos otras escenas semejantes y todo acabó por arreglarse". Pero del romance a la realidad Ana se vuelve enfermiza, celosa, y la muerte es más que una fantasía, es una trampa y una venganza amorosa. Al otro día, discuten y apenas él sale, ella le envía un mensaje: “Me he equivocado; vuelve, te debo una explicación. Por Dios, vuelve, tengo miedo”.Con una incontrolable actividad de la mente hace un monólogo silencioso, ilógico, donde todo se embrolla. El mundo exterior desfila afuera para alimentar sus pensamientos como momentos decisivos y dramáticos de su vida, donde la invade la fealdad y lo bello la abandona (explicación de Kundera).El examen tolstoiano de la “prosa de un suicidio” sin duda es una gran hazaña; un “descubrimiento” que no tiene par en la historia de la novela.

El elaborado trabajo de Tolstoi retoma la trama existencial de la insatisfecha mujer casada con su vida amorosa (Madame Bovary de Flaubert) que a diferencia de Ana, parece que solo buscará el placer para escapar de su monótona vida.

Tolstoi, anticipa lo que, unos 50 años después, Joyce, mucho más sistemático, llama “monólogo interior". A ambos les interesaba captar lo que pasa por la cabeza de un hombre durante un momento presente y que, al siguiente instante, se habrá ido para siempre jamás. Pero con una diferencia: con su monólogo interior, Tolstói no examina, como Joyce más tarde, un día cualquiera, cotidiano, trivial, sino, por el contrario, los momentos decisivos de la vida de su protagonista. Y eso es mucho más difícil, porque cuanto más dramática, excepcional y grave es una situación, más tiende quien la cuenta a borrar su carácter concreto, a olvidar su prosa ilógica y a sustituirla por la lógica implacable y simplificada de la tragedia.

Michelle