jueves, 3 de marzo de 2011

“Earthlings”





A raíz de la polémica de tono racial suscitada por el maltrato y asesinato de una lechuza por parte de un futbolista morocho en una cancha de fútbol, juzgue conveniente invitar a todos aquellos que aman tanto a los animales, a leer esta publicación que invita al veganismo y a ver el documental “Earthlings". Yo no pude verlo entero, es escalofriante, y lo peor, es una realidad de cada día.

Recuerden amigos que detrás de ese rico bistec que comemos y compramos en ese supermercado ostentoso, existe un negocio sangriento afuera donde los dueños-verdaderos asesinos que privilegian sus intereses empresariales (lejos quedo la tradición de criar libremente los animales en la granja familiar)- mutilan día a día millones de animales en condiciones estresantes y horrorosas.

También recuerden que al comernos ese pedazo de carne nos tragamos la baja vibración del dolor de ese animal y cargamos un cementerio que se pudre en nuestro estómago, que demora días el sistema digestivo en digerir.

Para que hablar de la grasa excesiva y hormonas que cargan nuestras venas y cuerpo al comer carne, para que pensar en las enfermedades asociadas a que nos exponemos si vamos a seguir comiendo carne, es su libre decisión saber del trato artificial dado a los animales por parte de la industrialización de este sistema de mercado desregulado, cuyo dinámica de economías de escala es la producción masiva de animales, en espacios atestados de granjas industriales, para ser convertidos óptimamente en materia prima.



“SIEMPRE QUE EXISTAN MATADEROS

EXISTIRÁN CAMPOS DE BATALLA”

Leon Tolstoy


La ignorancia es la primera línea de defensa del especista. Sin embargo es quebrantable por cualquiera con el tiempo y la determinación de conocer la verdad.

“No me lo digas, que me vas a fastidiar la cena”, es la respuesta usual al intento de explicarle a alguien como fue que llegó esa cena a su mesa. Incluso la gente que sabe que la granja familiar tradicional ha sido reemplazada por grandes intereses empresariales, o que la ropa viene de las vacas masacradas, o que el entretenimiento significa el entretenimiento y la muerte de millones de animales, o que algunos experimentos cuestionables tiene lugar en laboratorios, aún se refugian en la creencia vaga de que las condiciones no pueden ser demasiado malas, por que de ser así, los gobiernos y las sociedades protectoras de animales ya hubieran hecho algo al respecto.

Pero esta falta de conciencia colectiva no se basa en que sea imposible conocer lo que esta sucediendo, sino más bien en que deseamos continuar siendo ignorantes ante una realidad que nos podría producir culpabilidad. Al fin y al cabo las victimas de lo que está sucediendo en esos lugares terribles no son miembros de nuestro propio grupo.

Pero se trata de dolor y sufrimiento, no de inteligencia, fuerza, clase social o derechos civiles. El dolor y el sufrimiento son esencialmente negativos y deben de evitarse o minimizarse sin considerar la raza, género o especie del que sufre.

Todos somos animales de este planeta. Todos somos criaturas. Los animales no humanos experimentan sensaciones de la misma manera que nosotros. Ellos también son fuertes, inteligentes, ingeniosos, móviles y evolucionados. Ellos también son capaces de crecimiento y adaptación. Así como nosotros, primordialmente, son terrícolas. Como nosotros, están sobreviviendo. Como nosotros, buscan la comodidad y no la incomodidad. Y, como nosotros, ellos expresan diferentes grados de emoción.

En resumidas cuentas, están vivos como nosotros. La mayoría de ellos siendo incluso vertebrados, justamente como nosotros.

Es irónico que, aún aceptando cuan indispensables son los animales para la supervivencia humana, con nuestra dependencia absoluta de ellos para compañía, alimento, vestimenta, deportes y entretenimiento, así como experimentación médica y científica, demostremos tal falta de respeto por aquellos que nos proveen.

Sin duda a esto debe referirse el dicho de “Morder la mano que nos da de comer”. De hecho, la hemos pisoteado y escupido. Ahora nos enfrentamos con las consecuencias inevitables.

Debido al consumo excesivo de animales los informes de salud indican un incremento en cáncer, enfermedades del corazón, osteoporosis, derrames, piedras en los riñones, anemia, diabetes y otras más.

Incluso la materia prima de nuestro alimento se ha visto afectada por el abuso de antibióticos para aumentar el peso de los animales, que de otra forma no podrían subsistir en las condiciones estresantes y atestadas de las granjas industriales. Igualmente el abuso de pesticidas e insecticidas, o de hormonas artificiales diseñadas para aumentar la producción de leche, la fecundidad y el periodo de gestación.

Entre colorantes artificiales, herbicidas, larvicidas, abonos artificiales, tranquilizadores, estimulantes de crecimiento y apetito, no es ninguna sorpresa que las enfermedades como las vacas locas, fiebre aftosa, pfisteria, y un grupo de otras anormalidades relacionadas con los animales, se hayan desatado sobre la especie humana.

La naturaleza no es responsable de estos hechos, somos nosotros. Un cambio es inevitable. O lo hacemos por propia voluntad o la naturaleza nos obligará. __________________



"Ni toda la oscuridad del mundo podrá acabar con la luz de una sola vela"


El trailer de este documental llamado “Earthlings” esta en: http://www.youtube.com/watch?v=z7B6kuCLjWE


Esta película poderosa e informativa informa sobre el tratamiento de la sociedad hacia los animales. Es un deber verla para cualquiera que se preocupe lo suficiente por saber." Woody Harrelson




Publicado por Michelle Valencia G.– 03.03.2011

Especismo y Racismo


Es lamentable que exista “el especismo”, el sentirse superior a un animal y maltratarlo, pero también “el racismo” es una forma de discriminación moral y las personas que están juzgando a un futbolista que mató una lechuza en una cancha de fútbol porque es de raza negra y panameño, también están cometiendo una aberración tan despreciable como lo que están criticando.

Que impresionante saber que aún existen ideologías de superioridad racial y xenofobia, pensamientos tan peligrosos que en la humanidad han sido el detonante de guerras mundiales y millones de muertos.

Ser racista es tan reprobable como creerse superior a un animal, y en nuestro país ésto es lo más ridículo, considerando que nuestros orígenes son indígenas, los cuales han sido tan discriminados y despreciados por nuestra misma sociedad.

Que triste es darse cuenta que para muchos vale más el color de tu piel y el "ser", y el alma se considere como algo improbable, no demostrable.

Deberíamos aprender a preguntarnos por qué ocurren estas cosas y analizar sus causas, no juzgar, ni generalizar a las personas por su color de piel. Deberíamos analizar los hechos objetivamente y sin máscaras, ni egos, ni vanidad.

Pareciera que estuviéramos distraídos y nos olvidáramos de pronto que somos intrínsicamente seres empáticos.

Es curiosa la luz que ha desatado esta polémica dejando al descubierto tanta discriminación racial. Se ha observado demasiada cobertura informativa por un hombre que mata una lechuza –inoportuna- que cae en una cancha.

¿Y qué pasa mientras mueren millones de niños de hambre en África y son mutilados día a día vacas y cerdos por el cruel proceso de la industrialización masiva para ser transformados en materia prima? ¿Eso acaso les importa a los que defienden los derechos animales de la lechuza?

Nadie habla de eso. Lo que si queda al descubierto es la venda racial.

Está bien dar opiniones y manifestarse en contra de algo si lo están, pero ¿es necesario ese tono racista y ofensivo que deja en evidencia una seudo-superioridad racial que parece sacada de “Mi lucha”?

Pareciera que la violencia engendra más violencia, pero también genera enormes ganancias para la industria de los medios de comunicación masivos que tienden a seguir una pauta generalizada en destacar noticias irrelevantes y polémicas, descuidando los temas de importancia social, así mismo millonarios negocios de armamentos que siguen vendiendo armas a gobiernos terroristas, o el negocio de la droga, que sigue cobrando víctimas, entre ellas, niños inocentes raptados, y que son usados como burros de carga. ¿Acaso se habla de eso?- Nada.

Ocurren tantas injusticias cada día, que a nadie le importan, y ahora tanto escándalo por la muerte de una lechuza que ha dejado al descubierto el horror de tanto “Odio racial”.

Créanme que hay cosas peores que patear una lechuza, sino pregúntenles a los políticos y a los carniceros de los mataderos.

El color no tiene nada que ver con quién es y quién no es. La nacionalidad es solo una etiqueta. Abramos los ojos. Ya las razas están mixtas, muchos inmigrantes tienen a sus hijos en el país al que emigraron y por lo tanto nuestras descendencias ya son inciertas.

Todos podemos encontrar gente buena y gente mala en cualquier parte, no podemos juzgar a un País o una raza, por los errores de un solo idiota.

Todos los seres humanos somos diferentes sólo en apariencia, pero somos genéticamente iguales, todo es cultural. Por lo mismo como sociedad necesitamos ser escuchados y atendidos. Existen muchas investigaciones científicas al respecto y aunque no pudiéramos probar lo contrario, hay quienes pareciera que siguen comprando la ideología nazi de la superioridad racial como proponía el Tío Adolf.

De seguro el Tío Adolf estaría fascinado de encontrar tantos seguidores fieles a su ideología racial, y feliz que hayan tantos voluntarios para matar negros, pero también nos mataría a nosotros por considerarnos sudacas sin duda alguna.

@ Michelle Valencia G.– 03.03.2011